Huelga de mujeres (querida Irene)

Convoca la periodista Irene Lozano, desde Cuarto poder, una huelga de mujeres para protestar contra la desigualdad salarial. Yo me apunto, si me deja, que Irene es muy suya y nada, ay, mía. Todo el mundo sabe que en España las chais cobran un 26% menos que los caballeros. Por la jeró. Y eso que en nuestro lenguaje de urinario masculino hay expresiones como la de “trabajarse a una tía” o “currar a la parienta” que integran a las damas, muy castizamente, en nuestro campo semántico de lo laboral vía vaginal y violenta (respectivamente).
En Europa, por ejemplo, el décalage entre salarios masculinos y femeninos se reduce al 15%. Pero es que en España somos muy nuestros. Es asombroso observar cómo los periódicos del futuro, los digitales, siguen utilizando el cuerpo o la sexualidad femeninos como reclamo, justo al ladito del columnista que con más afán defiende la sangría deshumanizada del toro. En Europa eso se ve menos. Y, cuando se ve, la sexualidad y el cuerpo femeninos son tratados más o menos igual que los masculinos. Del toro, mayormente, pasan.
En un país que hasta ayer arrojaba cabras de los campanarios por la fiesta, es difícil que no se arroje a alguna que otra señora por la ventana con cierta asiduidad, querida Irene. Yo, por evitar tentaciones, me he venido a vivir a un chalé de planta baja. Pero aún así.
Bien dices tú que la revolución femenina se cocina a fuego lento -por suerte los hombres ya caceroleamos, si no te hubiera quedado la frase pelín sexista. ¿Qué es la revolución femenina?: algo que el hombre no entiende y la mujer de derechas no quiere.
No es sólo una cuestión de salarios. Es que hoy mismo la contraportada del As da el culo de una señora y a nadie le parece anormal. Y el otro día, en rueda de prensa que dio Maradona, cuando una periodista jovencita osó preguntar no sé qué, el camarógrafo le enfocó el antifonario en lugar del rostro. La verdad es que la chica tenía un culo imponente, pero a lo mejor Tomás Roncero tiene también un culo bonito y a ninguna camarógrafa se le ocurre concederle un primer plano.
Yo me apunto a tu huelga, Irene, sobre todo por las cañas a las que me vas a invitar después. Pero te advierto que vamos a salir derrotados. Y que las cañas las tomaremos frente a un siliconado calendario Michelin en la pared y un viejo cartel de toros resucitando a Manolete. El camarero te llamará guapa, y con razón. Pero no le digas de dónde venimos, que si se entera no nos pone las aceitunas.

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Una respuesta a “Huelga de mujeres (querida Irene)

  1. Irene

    Aníbal, hermoso, no sólo te dejo apuntarte a mi huelga, sino que te pongo a mi lado a sujetar la pancarta. Y luego nos vamos de cañas, cómo no.

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